Resumen. En este artículo se expone el proceso seguido por la Inquisición, en 1622, a la mulata novohispana Leonor de Isla, acusada de practicar la hechicería. El proceso permite apreciar el entramado social en el que se desenvolvía la práctica inquisitorial, así como los ritos y las costumbres que sobre la magia existían en la época colonial. La hechicería se consideraba un delito de orden religioso en contra de la fe católica; para la Inquisición, las hechiceras eran herejes, porque se alejaban del culto a Dios y a los santos, y sus ideas contaminaban a los buenos cristianos. La magia se consideraba una transgresión, una actividad ilícita, que merecía ser castigada. El estudio consta de cuatro partes: la hechicería desde la perspectiva inquisitorial; el caso concreto de la procesada, con algunas observaciones sobre la naturaleza de las denuncias que la incriminaron; la tipificación social de la incriminada y, finalmente, una reflexión sobre el sentido de la herejía cometida por la mulata y los motivos del tribunal para castigarla.
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