Resumen. Mezcla sutil de lubricidad gestual, de liviandad verbal y de ambigüedad discursiva, los cantos eróticos nahuas de inspiración prehispánica recopilados por frailes españoles en el siglo XVI tenían funciones específicas, las cuales definían a su vez su índole genérica. Prohibidos en su versión original después de la Conquista, unas adaptaciones más “decentes” de estos cantos-bailes traviesos se escenificaban en distintas fiestas del calendario cristiano. En estas nuevas circunstancias, es probable que los gestos “obscenos”, ya vetados, hayan encontrado un refugio en la clandestinidad de un lenguaje figurado, dilógico y alburero.
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